Vemos películas, disfrutamos buena musica y al leer, siempre aprendemos sobre cosas nuevas e ideas gracias a los artistas, los escritores, los cineastas, los guionistas que son personas creativas que plasman su creatividad en los cines,en peliculas, o en liensos.
Gran parte de lo mejor del Hollywood clásico (y gran parte del Hollywood moderno) se basa en material con una perspectiva esencialmente humana, y lo expuesto por Howard Roark en la película "Fountaihead", ("El manantial", 1949), que el director King Vidor adaptó de la novela homónima de Ayn Rand, y dedicada a Frank Lloyd Wright, uno de los arquitectos más destacados de EEUU, es un buen ejemplo.
Pero "No esperes nada original de un eco" me refiero a la gente que copia. Copiar es robar o plagiar que es lo mismo. Un imitador (del latín imitatore) es alguien que imita, copia, alguien sin personalidad propia, sin genio, sin talento que se vale de la copia de obras ajenas haciéndolas pasar por propias, porque solo busca paliar su baja autoestima, y sobre esto no hay engaño posible, es la cruda realidad. En este fragmento de esta pelicula, en este discurso final en las palabras de Gregory Peck, el director nos enseña la grandeza del individuo frente al colectivismo impuesto. Y para crear lo esencial y lo principal es la libertad del individuo, siendo la competencia primordial para la evolución. Nuestra mente es increíble no solo es para reír o pasar un buen rato sino para crear ideas nuevas.No copies, ten fe en ti mismo y en lo que puedes lograr.
Este es el interesante discurso:
"Hace millones de años un hombre primitivo descubrió cómo hacer fuego. Probablemente fue quemado en la hoguera que él había encendido para sus hermanos pero les dejó un regalo inimaginable al hacer desaparecer la oscuridad de la tierra.
A través de los siglos hubo hombres que dieron los primeros pasos por nuevos caminos apoyados solamente en su visión. Los grandes creadores, los pensadores, los artistas, los científicos, los inventores lucharon contra sus contemporáneos. Se oponían a todos los nuevos pensamientos, todos los nuevos inventos eran denunciados y recusados pero los hombres con visión de futuro salieron adelante.
Lucharon, sufrieron y pagaron por ello, pero vencieron. Ningún creador estuvo tentado por el deseo de complacer a sus hermanos. Ellos odiaron el regalo que él ofrecía, su verdad era su único motivo, su trabajo era su única meta. Su trabajo, no el de los que se beneficiaran de él. Su creatividad, no el beneficio que de ella obtendrían otros. La creación que daba forma a su verdad.
Él mantenía su verdad sobre todo y contra todos. Seguía adelante sin tener en cuenta a los que estaban de acuerdo con él o a los que no. Con su integridad como única bandera. Él no servía a nadie ni a nada. Sólo vivía para sí mismo. Y sólo viviendo para sí mismo pudo lograr las cosas que luego se han reconocido como la gloria de la humanidad.
Esa es la naturaleza de la creatividad, el hombre no puede sobrevivir si no es a través de su mente. Llega al mundo desarmado, su cerebro es su única arma. Pero la mente es un atributo del individuo, es inconcebible que exista un cerebro colectivo. El hombre que piensa debe pensar y actuar por sí solo. La mente razonadora no puede funcionar bajo ninguna forma de coacción, no puede estar subordinada a las necesidades, opiniones o deseos de los demás, no puede ser objeto de sacrificio.
El creador se mantiene firme en sus convicciones, el parásito sigue las opiniones de los demás. El creador piensa, el parásito copia. El creador produce, el parásito saquea. El interés del creador es la conquista de la naturaleza, el interés del parásito es la conquista del hombre. El creador requiere independencia, ni sirve ni gobierna, trata a los hombres con intercambio libre y elección voluntaria; el parásito busca poder, desea atar a todos los hombres para que actúen juntos y se esclavicen. El parásito afirma que el hombre es sólo una herramienta para ser utilizada, que ha de pensar como sus semejantes y actuar como ellos y vivir la servidumbre de la necesidad colectiva prescindiendo de la suya.
Fíjense en la historia. Todo lo que tenemos, todos los grandes logros, han surgido del trabajo independiente de mentes independientes y todos los horrores y destrucciones, de los intentos de obligar a la humanidad a convertirse en robots sin cerebros y sin almas, sin derechos personales, sin ambición personal, sin voluntad, esperanza o dignidad. Es un conflicto antiguo, tiene otro nombre: lo individual contra lo colectivo”.
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